martes, 3 de febrero de 2015

Voy a contarte que no, que no he pensado en tí, que he estado evitando el correteo infatigable de tu presencia en los rincones de mi cabeza nublada, porque desde que no te dejo entrar duermo por las noches, incluso en las estrelladas y canto por los pasillos de este vivir a medias canciones de amor ausente que antes me hacían llorar.

Desde que construí un fuerte contra tu recuerdo, contra ese interminable remolino de preguntas amargas con respuestas vacías, la idea de quererte para siempre se me va quedando grande y el olvido me parece un semáforo en verde listo para cruzar.


No me digas "te lo advertí chica torpe", sé que es de cobardes lo que hago, esto de vivir con los ojos cerrados para no verte, pero puedo contarte también, que te dí todo lo que cabía en este cuerpecito. Que todo lo que alguna vez fué solo mío, lo envolví con cuidado en cada insomnio que la niebla de aquel "nosotros" me provocó.


Y que así poco a poco me volví siamesa de tu amor y luego no supe recoger los pedazos de mi alma cuando tú decidiste, así como quién pide un taxi o mira el reloj, borrarme de tu vida para siempre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario